La avena es una planta herbácea
anual, perteneciente a la familia de las gramíneas. Tiene raíces más abundantes
y profundas que las de otros cereales, lo que le permite absorber mejor los
nutrientes del suelo y por ello requiere menos fertilizantes. Sus tallos son
gruesos y rectos. Pueden medir medio metro y hasta un metro. Están formados de
varios entrenudos que terminan en gruesos nudos, la parte donde nacen las
hojas. Éstas son planas y alargadas. Su borde libre es dentado, el limbo es
estrecho y largo, de color verde oscuro, áspero al tacto y en la base lleva
numerosos pelos. Los nervios de la hoja son paralelos y muy marcados. La avena
es una planta de climas fríos, muy sensible a las altas temperaturas sobre todo
durante la floración y la formación del grano. Exige mucha agua para su
desarrollo porque presenta gran transpiración. De todos los cereales de
invierno, es de los que más agua necesita, por eso se adapta mejor a los climas
frescos y húmedos. Es poco exigente en suelos, pues se adapta a terrenos muy diversos.
Prefiere los profundos y arcillo-arenosos, ricos en cal pero sin exceso, y que
retengan la humedad. La avena está más adaptada que los demás cereales a los
suelos ácidos, por tanto suele sembrarse en tierras ricas en materias
orgánicas.
Se emplea principalmente en la
alimentación del ganado, como planta forrajera, en pastoreo, como heno o
ensilado; la avena forrajera se usa sola o en combinación con leguminosas
forrajeras. La paja de avena está considerada como un muy buen alimento para el
ganado. Este grano es un magnífico forraje en particular para caballos y mulas,
así como para el ganado vacuno y ovino.
La avena se siembra en surcos
separados veinte centímetros entre sí. Ésta es la forma más recomendable, sobre
todo en terrenos compactos y algo seco, pues así es más fácil mantener el
terreno libre de malas hierbas. La cantidad de semilla que se necesita suele
ser variable. En general, el agricultor utilizará entre cien y 150 kilos de
semilla por cada hectárea, para obtener una densidad de 250 plantas por metro
cuadrado. Si se siembra al voleo, es decir, arrojando la semilla al aire, se
dan dos pases cruzados para que quede mejor distribuida. Al tratarse de una
semilla muy ligera, es difícil que quede bien repartida. La avena forrajera se
cosecha cuando ya está madura, usando una segadora mecánico o una hoz, si se va
a hacer manualmente. Cuando la cosecha es manual debe cortarse antes de que la
planta esté muy seca.

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