miércoles, 28 de noviembre de 2018

3. Trébol rojo


EI trébol es una excelente planta forrajera de grandísima importancia para los regadíos septentrionales le nuestra Península, en los cuales esta leguminosa bienal puede sustituir, con ventaja, al cultivo de la alfalfa.
Fácilmente se convencerán los regantes de ello y se generalizará su cultivo, en cuanto se den cuenta de los pocos gastos que requiere, de la abundancia de sus productos, de las excelentes condiciones de fertilidad en que deja la tierra y de la facilidad con que entra en cualquier alternativa regular.
Todo ello, unido a la excelente calidad del producto, que puede ser consumido en verde o henificado, hacen que sea una de las forrajeras más interesantes para nuestros regadíos.
Esta especie de trébol tiene raíces profundas, que pueden llegar hasta 1,5 metros, aunque lo general es que midan de 0,50 a 0,60 metros. El tallo alcanza de 4o a 8o centímetros, siendo generalmente hueco. Las hojas constan de tres foliolos ovales o elípticos, y siempre hay un par de hojas opuestas, por debajo y muy cerca de la cabezuela de flores.
No debe confundirse este trébol rojo ( I) con el trébol encarecido ( 2), pues, aparte de que la semilla de este vale la mitad, su producción es muy inferior en cantidad y calidad, y sobre todo, no dura más que un año sobre el terreno, por lo cual será muy conveniente saberlos distinguir, cosa fácil si se tiene en cuenta que el trébol encarnado tiene la cabezuela de flores más alargada, y por debajo de ella se inserta una sola hoja, en lugar de las dos opuestas que caracterizan al trébol rojo.
Clima y terreno
Le convienen los climas templados de ambiente húmedo pudiendo darse en climas fríos, siempre que no se levanta la costra del terreno a consecuencia de las heladas. Los calores excesivos y las sequías le perjudican, así como las heladas tardías de primavera, por todo lo cual nunca se siembra solo, sino que se asocia con un cereal que le proteja.
Abonos.
Aparte del nitrógeno, que toma en su mayor parte de la atmósfera, es planta exigente en potasa y cal. Ahora bien, como se siembra acompañado de otra planta que le proteja, no se le incorporan los abonos directamente a él, sino a la cosecha anterior, con el objeto de que todos los elementos estén descompuestos y sean fácilmente asimilables.
Siembra y cultivos asociados.
Como el trébol tiene un crecimiento muy lento, sobre todo en el primer período de su vida, hay que defender las semillas contra la invasión de las malas hierbas, protegerlas de los ardores del sol y abrigarlas de las heladas tardías. Por eso es costumbre sembrar esta leguminosa sobre un cereal de invierno, o de verano. Al hacerlo así, se obtiene, a más de las ventajas citadas, la no menos importante dé reducir el coste de producción del forraje, ya que el producto de la planta protectora compensa los gastos de cultivo y de arrendamiento del primer año. La elección de la planta-abrigo tiene también su importancia. Al hacerlo debe atenderse a la fertilidad y a la composición física del suelo.
Cuidados culturales y riegos.
Una vez nacido el trébol, recibirá el cereal a que se encuentra asociado los riegos habituales en la localidad. En los climas de ambiente seco existe el peligro de que desde el último riego que se dé al cereal y su recolección tengan tiempo de secarse las tiernas plantitas de trébol; en estos casos no hay inconveniente en aumentar un riego sobre los ordinarios.
Lugar del trébol en la alternativa.
EI trébol es una planta que no puede repetirse sobre el mismo terreno si no es con intervalos superiores a cuatro o cinco años. Únicamente en el caso de que el trébol no esté más que un año en el terreno, y se aproveche sólo su primer corte, enterrando el resto, podrá disminuirse este intervalo. Después de trébol van bien todas las plantas, excepto las leguminosas. Pero las más apropiadas y las que van mejor con los cereales de invierno, trigo principalmente. En algunas regiones, sobre tierras ligeras, van bien después del trébol las patatas.

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